jueves, 30 de diciembre de 2010

HACIA 2011

Finalmente, uno llega a la conclusión de que cambiar el mundo es un acto arrogante.
Un chillido de niño malcriado.
Y que el único cambio posible es en nosotros.
El íntimo templo.

He aquí un nuevo extracto de la novela Pepe Babel:
(...) Y respecto a su empeño en cambiar el mundo, discúlpeme, se lo ruego, pero, ¿no le parece superior a sus fuerzas tratar de mejorar la obra de Dios? Mire que el mecano está en marcha y se mueve, y nada está terminado sino en constante formación. (...) Quiero decir que lo que Él nos ha dado es el libre albedrío de formarnos y mejorarnos a nosotros mismos, pequeñas piezas de Ésta Creación Suya, y que a través precisamente de nosotros, ¡se ejecutan Sus planes! De ahí que el trabajo sea para los hombres como una oración. Pero cambiarlo todo, ¡qué arrogancia! ¿Quiere reprogramar el juego? ¿Y qué haría? ¿Llevarnos a la última pantalla sin que nadie haya vivido? ¿Cuánto duraría en ella aquel que no ha pasado la primera? ¿Es que no cree usted en la vida eterna? ¿No ve que Todo es Dios y a sí mismo se corrige irremediablemente? Le diré algo: tratar de cambiar el mundo son ganas de escurrir el bulto, y eso, por desgracia, es imposible, porque siendo Dios Uno, no se puede salir de Él (...)

























(...)En todo caso, la poca o mucha fe que tenga permanece incólume; y no como la suya, de la que tanto alardea para enseguida quejarse, sin detenerse a considerar que Él diseña cada situación en aras del porvenir, también ésta que a usted tanto le disgusta, y que pedirle cuentas demuestra precisamente falta de fe y confianza. En cuanto a exigir que le reciba, debe entender que Su presencia es perenne, y sentirse ante Él a cada instante, ya que la realidad es esa. ¿O lo que quiere es que lo coja en brazos y haga carantoñas? Porque, en tal caso, debe acercarse a Él manso como un corderito o cantando dulcemente, en vez de berreando (...)

martes, 28 de diciembre de 2010

INOCENTES:


















Gustav Doré, sobre La Divina Comedia, Dante.

Hay un Fiscal...

lunes, 27 de diciembre de 2010

















(Es que la directora de El Dodo no ve bien)

Hoy en Telemadrid a las 00: 30

documental sobre Enrique Herreros ( humorismo del 27.... vaya calibre) en el que ha colaborado Clorata de Potasa, pielobina amiga y Directora de Eldodo.com, la revista por Humor al Arte.
(A ver si la descubrís)


CREACIÓN Y CULTURA

«La tarea debe hacerse difícil, pues sólo la dificultad inspira a los nobles de corazón.»

Sören Kierkegaard
Journals and Papers, Indiana University Press.














Regine Olsen, amor de Kierkegaard.

viernes, 17 de diciembre de 2010

The Diary of Alice III

Pieza aleatoria 4, y última:


Si quieres saber de qué va The diary of Alice, pincha aquí.
Y si te apetece visita nuestro Bar.

jueves, 16 de diciembre de 2010

The Diary of Alice II

Pieza aleatoria 3:


Pieza aleatoria 4:



Si quieres saber de qué va The diary of Alice, pincha aquí.

Habrás más piezas aleatorias.

lunes, 13 de diciembre de 2010

The Diary of Alice

Con The Diary of Alice, LA PISCIFACTORIA abre el ciclo Creadores Residentes, en el que se invita a que los creadores utilicen/produzcan/muestren/trabajen libremente en su sede.

DE QUÉ VA The Diary of Alice:
Dos chicas se miran al espejo y el espejo salta hecho añicos.
¿No aguantó la vasija tanta Luz???
Ellas se agachan a recoger cada pedacito hasta volver a juntarlos todos.
El resultado ya no es el mismo... pero es verdad, y la corrección está en proceso.

Paloma Calle y Joavien Ng hacen de dos chicas normales; si ello fuera posible, claro.
Más info en : http://lapiscifactoria.wordpress.com/2010/11/24/creadores-residentes-en-la-piscifactoria/

Aquí las visiones pielobinas del show.
PIEZA ALEATORIA 1:


PIEZA ALEATORIA 2:



Habrá más piezas.

domingo, 12 de diciembre de 2010

CONTRA EL ESPANTO: ESPEJOS

Versión EL despertar, 14 de mayo de 2009.


Gonzalo Escarpa es Poeta y dirige La Piscifactoría.

sábado, 11 de diciembre de 2010

EL DODO.COM

Clorata de Potasa, directora de eldodo.com, la revista por humor al arte, nos envia este cartel de buenos deseos para todos los transeuntes que absoluta-mente pasan por aquí:


















Piel de Lobo se hace responsable de las opiniones de todos y cada uno de sus miembros. Como dice el cartel, vivan su película. ¡No dejen de hacerla!

¡¡ÚLTIMA HORA!!: ¡El Marqués de Carabás, se suma a la iniciativa y nos cuenta la suya!:















¡¡ATENCIÓN!!, EN UN BROTE CREATIVO CON PRECEDENTES:
¡¡CLORATA SIGUE LA SAGA!!

martes, 7 de diciembre de 2010

TAL ES EL SENDERO DE LO ÍNTIMO

Fábula creativa en mutua colaboración de Royo-Villanova con un extracto de su novela Pepe Babel, y el tema El sendero de lo íntimo de Fernando Márquez y Charlie Mysterio.
Cuadros en el video, Manuel de la Flor en la Galería Rina Bouwen.


(...)Pepe Babel permitió que se retirara.
La observó lamentándose y gruñendo.
«Ahí va un espíritu con su vida» se dijo el señor Babel. «¿Cuándo aprenderá a elevarse? Pobre víctima de la ignorancia. ¡Ay de nosotras las almas! ¿Quién llenará la habitación de risa? ¡Pobre mujer!»
«¡Señora!»
La voz de la anciana respondió muy cerca y decepcionada: «Ah, es usted. Llevo aquí sola un millón de años…»
Se encontraban en un jardín.
Era un jardín de hortensias.
Altísimas hortensias que ascendían sobre sus cabezas.
«¿Un millón de años?» se extrañó don Pepe.
«Universos de tiempo… lo peor es ser vergüenza. ¡No sabe usted lo que es ser vergüenza! Te comes desde los pies, subes por las piernas, abrasas el estómago, te robas el aire… Una desea que le apaguen todas las luces, pero todavía entonces hay alguien que ve: tú misma. Porque cada una de nosotras somos la última chispa. ¿Sabe? La vida en Tierra es breve pero tremendamente útil, un satélite de precisión para las almas. ¡Qué pena y qué vergüenza! ¡Emplear tontamente la vida! Y después de la vergüenza, el miedo: podría extinguirme, alguien podría soplar mi débil luz. Ay, todo es hacer y lo demás nada. Sí, yo pude haber hecho, en vez de pasarme el día protestando y la noche protegiéndome con oraciones. Voy a decirle algo, señor, la vergüenza te deja temblando como a un hilo que flota y va, y viene, en la atmósfera de una hoguera cien mil veces más poderosa. No puedes evitar verlo y no puedes esconderte de la visión. Cuanto más ves, más vergüenza y más miedo. Y estás solísima y tristísima. Un siglo y cientos de vergüenza… hasta ser ese hilo frágil y liviano. Entonces intuyes, o comienzas a intuir que una mínima porción sobrevivió al transcurso de los años terrenales. Porque en ocasiones ciertas cosas las hiciste bien: una adecuada corrección de otra alma, tocar con un pensamiento cosas lejanas u ocultas. Surge un tenue resplandor a lo lejos, una lívida esperanza… Oiga, señor, no quiero volver a pecar.»
«A qué se refiere, ¿por qué me lo dice a mí?»
«No volveré a hacerme sorda, ciega y muda. ¿Cree usted que tendré otra oportunidad?»
«¿Una oportunidad de qué?»
«Un cuerpo, ¿me lo darán?»
«Yo que sé. ¿Le queda a usted luz? Si no, tendrá que ir a por ella.»
«Es bonito eso que dice, y triste.»
«¿Lo es?»
«Sí, hay que proteger la vela de las inclemencias.»
«Impedir que los asaltantes distingan la luz.»
«¿Quiénes son?»
«¿Los asaltantes?»
«Sí, ¿quiénes son?»
«Los que te mienten, los que se quedan tu trabajo, los que te roban el poder, los que te bajan la voz, los que te usan, los que te apartan, los que no creen. ¡Está lleno de asaltantes! ¡El mundo es un atraco! Y cuanta más luz albergas, más desean tu aniquilación, pues sólo así pueden ellos deslumbrar con la vanidad. Hay que ocultar la luz, señora, como la noche oculta al día.»
De este modo hablaban el alma y Pepe Babel mientras paseaban en torno a la bonita casa del jardín con altísimas hortensias. Don Pepe atisbaba de vez en cuando al horizonte, había allí una claridad diáfana que permitía ver con detalle la silueta de montañas, y, a la distancia, eran estas amigables y azules. Mucho más cerca, tras el seto del jardín, brillaban unas marismas donde los patos se deslizaban tranquila y pacíficamente sobre el agua.
Pepe Babel miró a su atribulada compañera. Aunque débil, la vio sumisa, apaciguada.
«Tengo algo que hacer» dijo el alma.
Inmediatamente, el señor Babel quedó a solas.
«¿Ves, Pepe, que esta volubilidad del tiempo y del espacio se ajusta a la conciencia, y cómo las almas son libres tanto aquí como en la Tierra? ¿Y ves, sin embargo, que no es posible huir de las consecuencias de los actos, ni escapar por ningún lado, salvo atravesándolas como a hogueras? ¿Lo ves?: de la verdad no hay salida.»
Se quedó pensativo.
«Libres las almas» se decía, «¿a qué tanto sufrir, entonces? Está claro que elegimos mal en las encrucijadas. ¿Cuál es nuestra responsabilidad universal? ¿Cuál nuestra función en lo creado? ¡Oh, estas son preguntas! ¡Vaya si lo son! Preguntas que hacen ir pendientes por ahí abajo e impiden que nos despistemos, sí. ¿Un mundo material de almas despiertas? ¡EL REINO! ¡Dios mío! ¡¡Es entonces posible!!»
«Ya estoy de vuelta, he necesitado estar muy quieta.»
Pepe Babel y el alma se encontraban en la estrecha portería, junto al cuerpo de ella tirado en el pasillo.
«¿Encontraré otro?» casi rogó el alma.
Don Pepe sintió un nudo en la garganta, no sabía qué decir e iba a tratar de responderle cuando distinguió un profundo brillo en los ojos que le miraban, como si sonriesen. Él respiró y echaron a andar dejando atrás el cuerpo frió en las baldosas frías. El pasillo pasó a ser un camino de campo; la hora, una tarde cualquiera. Nubes altas, planas, blanquecinas. Se acompañaban los dos, ambos a gusto con el silencio y la proximidad. «Ya no arde» pensó don Pepe. Avanzaron unos pocos pasos antes de que ella desapareciese en el aire y sólo pudiera distinguir el señor Babel las huellas que los pies del alma dejaban todavía en la arena, pero también las huellas desaparecieron y, en su lugar, unos centímetros por encima, apareció una mariposa.
Pepe Babel se detuvo.
Y la observó alejarse. (...)