martes, 30 de noviembre de 2010

EL POZO, EL ÁRBOL Y LA LUZ.

Fábula creativa en mutua colaboración de Royo-Villanova y La ruleta china (Fernando Márquez, Charlie Mysterio y Clara Guitar):






Una vez el pseudo-hombre agotó los patrones de copia con que nutrir su falso mundo de apariencias sublimes, y una vez ColapsoXXI hizo entrada en aquella burbuja, ellos, los pseudo-hombres, incapaces ya de todo acto creativo, todavía insistieron en una última maniobra de simulacro: se volvieron hacia la piedra que todos habían desestimado y decidieron calcar la rugosa superficie natural. Las glotonas bocas de los pseudo-hombres hablaron entonces de espíritu, de cultura, de dandismo, de valor, de resistencia… Las mismas bocas que habían sido termitas para El Alma.

Y este fue su último gran pecado antes de echarse a gemir como perritos con frío.


Toma de Luz:


Cesión de Luz:

domingo, 28 de noviembre de 2010

LA RULETA CHINA

He aquí un adelanto de lo acontecido en Siroco el 6 de noviembre de 2010.



No corren buenos tiempos para el bolsillo.
Corren buenos tiempos para la lírica.
Bailan tiempos de verdad.
Cuando se derrumba lo accesorio, crece la hierba.
Y es agradable y da paz escucharla.
Ver a esos viejos jardineros con sus guitarras, impasibles, hacendosos, arrugados de vicios silenciosos e hirviendo lentamente los pecados con el amor de un aprendiz eterno y sin esperanza, es una perla de estos tiempos.

Un ejemplo de Naturaleza.

Clara Guitar es una chica rara y dulce.
Charlie Mysterio es un oásis a punto siempre del espejismo.
Fernando Márquez es un réprobo amable.

A los tres, gracias, señores y señorita, por sus cuidados del jardín.
Dios os bendiga

QUE NO DECAIGA



http://es.noticias.yahoo.com/12/20101126/tod-una-gallega-se-proclama-duena-del-so-7f81b96.html

martes, 23 de noviembre de 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

SAMPLES CORAZONESCOS 14

[ahora que, a través de determinados personajes vinculados a ese estimulante batiburrillo conocido por Tea Party, se ha vuelto a poner en el candelero la figura de Ayn Rand, me parece oportuno traer a colación esta reseña publicada en el nº 16/17 de ECDB donde dejo testimonio de mi primer encuentro en profundidad con quien desde ese momento de 1997 tanto me ha marcado]


AYN RAND: the russian radical (Chris Matthew Sciabarra) (Ed. Pennsylvania State University Press // Pennsylvania, 1995)

Parafraseando a Moliere, uno durante toda su vida ha estado pensando en randíano sin saberlo (o mejor, sospechando algo -a través de los ocasionales datos que había ido recogiendo sobre Ayn Rand- pero sin tener conciencia de ello). Mi cuelgue durante una década con el radicalismo pannelliano, mis bases de pensamiento en Nietzsche y Jünger, mi apego por determinadas trayectorias cinematográficas norteamericanas (Welles, Huston, Cimino, Coppola -autor de uno de los films más rendíanos de todos los tiempos, «TUCKER, UN HOMBRE Y SU SUEÑO», y responsable de otro proyecto igualmente rendíano, el Hollywood alternativo de Zootrope-...), mi simpatía por Ken Kesey (sus pluscuamrandianos «ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO» y «A VECES, UN GRAN IMPULSO»), mi rechazo al capitalismo vigente a la par que mi desconfianza de la burocracia estatal en busca de una Tercera Posición superadora, mi odio profundo a la masa (que «como las moscas, no puede equivocarse») y mi valoración de la soledad y de los solitarios, mi concepción religiosa tirando a panteísta (tan ajena al dualismo judeocristiano), todo ello me conduce a Ayn Rand (1905-1982).

Para quienes me leen, este nombre les sonará vagamente aunque no sepan por qué. Les ayudaré: en las bibliotecas familiares españolas de los años 50 y primeros 60 era presencia obligada, por dos títulos emblemáticos: «LOS QUE VIVIMOS» y «EL MANANTIAL» (obra ésta también llevada al cine bajo la dirección de King Vidor y protagonizada por Gary Cooper y Patricia Neal -la han puesto más de una vez por tv-). Ambos libros fueron bien acogidos por el franquismo, dado el mensaje anticomunista del primero (cuyo argumento se centra en la ascensión al poder de los bolcheviques en Rusia) y el aire espiritualmente aristocrático (profundamente nietzscheano) del segundo, que, en una lectura superficial, parecía sintonizar con la retórica del régimen. Aparte, la autora no podía estar mal vista (repito, en un primer examen superficial) por los policías culturales de nuestra postguerra tardia (ya en coqueteo con el amígo americano y soltando lastre filofascista): de clase media y origen judío (su verdadero nombre era Alissa Rosembaum), había huido de la URSS a fines de los 20 y aceptado como nueva patria los Estados Unidos, donde desde el primer momento se destacó por su anticomunismo y (en contraste con buena parte de los inmigrantes europeos de origen judío) asumió unas posiciones consideradas de ultraderecha en el contexto USA (se opuso frontalmente al New Deal rooseveltiano -al que calificaba de política «neofascista» por su estatalismo-, fue aislacionista durante la II Guerra Mundial -como desde Italia lo fue, por razones en parte opuestas y en parte idénticas, Ezra Pound- y colaboraría con el macarthista Comité de Actividades Antiamericanas -aunque manteniendo desacuerdos con su filosofía y metodología-).

Su visión económica rabiosamente antiestatal la llevaría a beber muy tempranamente en la escuela de liberales austríacos (Von Mises, Hayek) que acabó dando pie a la Escuela de Chicago (Milton Friedman); no obstante, mantuvo siempre una posición polémica con Hayek por el pragmatismo de éste, y, en cuanto a Friedman, lo consideraba un amoral, un «miserable ecléctico» y un mal defensor del capitalismo (consideración bastante perspicaz, ya que, gracias a sujetos como Friedman, el establishment capitalista ha adquirido unos perfiles lo bastante monstruosos en su desfachatez como para predecirle, más tarde o más temprano, una violenta implosión, no menor que la del desaparecido pseudocomunismo postestalinista). Y es que el ideal social de Ayn Rand (basado en tres pilares filosóficos -Nietzsche, Aristóteles y Tomás de Aquino-) es fascinante por su paradoja: el capitalismo en estado químicamente puro (entendido, no como mal menor susceptible de parches -apreciación socialdemócrata- o como coartada darwiniana para la rapacidad -perspectiva neoliberal-, sino como «ideal revolucionario»); frontalmente contrario tanto al totalitarismo suave del welfare state como a los totalitarismos duros (comunismo, fascismos -aunque ella, en una impremeditado coincidencia con el comunista italiano Bordiga y desde un prisma diametralmente opuesto, solía identificar más estrechamente fascismo y estado del bienestar, como puede apreciarse en sus ya mencionados ataques al New Deal o en su critica al Partido Americano Independiente de George Wallace, en el que condenaba por igual sus posturas racistas y su mensaje económico-) Pero también a lo que Rand denomina «antiideología» (esto es, pensamiento de consenso, pensiero debole, pensamiento único, lobbysmo -o sea, lo que hoy marca los destinos de Occidente y sus colonias-) y que, en su destrucción de todo debate serio y de toda posibilidad de polarización, acaba por devenir en el peor de los totalitarismos (es interesante el paralelismo de esta visión con la de críticos de la postmodernidad como Baudríllard -ver, por ejemplo, «LA TRANSPARENCIA DEL MAL»-); planteando una mitologización ética de las relaciones de mercado (que, sin embargo, no debían degradar al conjunto social en un reduccíonismo economicista -aquí, dejando aparte que nos convenza o no en la valoración final, conviene un análisis muy pormenorizado y antirreduccionista: Rand no es Hayek ni Friedman pero tampoco una anarcocapitalísta antiímpuestos a lo Escohotado-), que veía como expresión sustancial de su noción suprema, la libertad y autoestima del individuo (profundamente influido este último concepto por el troquel nietzscheano), noción que, con el tiempo (y tal vez al resaltar diferencias en su trato con los neoliberales y anarcocapitalistas puros), maduraría hacia un cierto comunitarismo (reconociendo que una sociedad libre no puede limitarse a una mera asociación de individuos atomizados sino que debe basarse en una «comunidad de valores» -acercándose en esto a teóricos comunitarios como Alasdair Mc lntyre, por cierto, también tomista y arístoteliano en sus fundamentos filosóficos-). En parte, este «capitalismo como ideal desconocido» nos recuerda a la nouvelle droite (a la cual la une su común base nietzscheana y aristocratizante, su antihumanismo –se enfrenta al racionalismo antropocéntrico cartesiano y kantiano por considerarlo dualista y desligado de la realidad, planteando como alternativa de superación una noción de carácter romántico que recuerda en parte al raciovitalismo orteguiano y que llamó «objetivismo»-, su ya citado comunitarismo latente -recordemos la simpatía de la ND por los comunitarios norteamericanos- y su lucha contra el «pensamiento único») y a los arquetipos que Jünger acuñaría en su madurez (el Emboscado y el Anarca).

El problema con Rand estriba en su etopeya, en su propio lastre de experiencias personales, que le impiden desarrollar su filosofía con una mayor voluntad rupturista: su extracción de clase media agredida por la coerción bolchevique (quedó profundamente afectada de estudiante por las purgas tendentes a proletarizar las instituciones docentes -purgas que ella compararía años después con las desarrolladas por el hitlerismo para arianizar las facultades- y en las que, bajo la desafortunada pauta reduccionista de la «discriminación positiva», se atacó a elementos válidos de extracción burguesa y aristocrática para promocionar a elementos mediocres de extracción proletaria, no en base a sus méritos sino a su clase social -desde entonces, Rand mantendría una loable aversión por toda clase de «cuota obligatoria de discriminación positiva» por considerarla atentatoria al principio de igualdad de oportunidades-), que la llevaría a exacerbar una reacción defensiva que en otras circunstancias (en Italia, por ejemplo) la hubiese acercado (un acercamiento epidérmico, se entiende, y probablemente fugaz, al chocar con las propias teorías de Rand) al fascismo (es sintomático a este respecto que la versión cinematográfica de «LOS QUE VIVIMOS» -versión repudiada por la autora- se rodase en Italia a comienzos de los 40 bajo la batuta de Goffredo Alessandrini, director favorito del Duce) aunque, en su caso, al rechazar por igual tanto el autoritarismo comunista como el populismo religioso y nacionalista (que veía como «dos caras de la misma moneda»), sólo podía quedarle un camino: una interpretación libertaría del elitismo de Nietzsche que, en el entorno norteamericano y dado el profundo sentido práctico de Rand (quien buscaba incidir en la realidad con sus teorías y no contentarse con ser reconocida como «pensadora»), no tuvo más remedio que impregnarse de la ideología dominante, el capitalismo (en su novela, «ATLAS SHRUGGED» -algo así como «ATLAS EN HUELGA»-, publicada en el 57 e inédita en España, los elementos más explícitamente nietzscheanos de «EL MANANTIAL» y de «LOS QUE VIVIMOS» -en esta obra, por ejemplo, encontramos un ambiguo retrato de un comunista «idealmente heroico», Andrei Taganov, que nos trae a la memoria a otro personaje novelesco muy similar y casi contemporáneo, el Boutros de «UNA MUJER EN LA VENTANA» de Drieu La Rochelle- se subliman en una visión tecnocrática -en la que puede detectarse cierto alejamiento ¿más táctico que profundo? de una dialéctica que, desde la perspectiva randíana, podía aparecer corno parcialmente manchada por el recuerdo del nazifascismo- que la acerca a elucubraciones utópicas -caso de los saintsimonianos- por su defensa visionaria del desarrollo técnico e industrial -si el héroe de «EL MANANTIAL», Howard Roark, es un arquitecto, a caballo entre el arte y la técnica, en «ATLAS SHRUGGED» el protagonista, John Galt, es un inventor- pero también, y siguiendo una pulsión inversa en su evolución y planteamiento, a la fascinación por la técnica mostrada por Jünger en su época de «EL TRABAJADOR»). Es probable, como ya dije, que, exiliada en otro país, su evolución hubiese llegado a unas conclusiones no muy disímiles de las del último Jünger: porque es importante recordar que, en Ayn Rand, no hay apenas condicionantes étnicos o religiosos (a diferencia de otros contemporáneos de origen judío y en consonancia con nombres anteriores como Marx, Stirner, Lassalle o Kraus) y que, por lo tanto, sus sombras como pensadora van directamente ligadas a la cuestión económica (como lo demuestran, de hecho, sus escritos sobre otras materias, caso de ética de la supervivencia, psicología, relaciones sexoafectivas, condición femenina, educación infantil, teoría del arte).

La grandeza de Ayn Rand, vista desde un prisma corazonesco, radica en sus aspectos más heroicos y cercanos a los valores del Ubermensch y en la conjunción de tales aspectos con su deseo de elaborar un cuerpo doctrinal sólido y aplicable en la praxis: defensa del egoísmo como vindicación de la propia identidad frente al altruismo como coartada parasitaria que conduce indefectiblemente a la trampa totalitaria y a la anulación de la personalidad (estudiar, desde la perspectiva randiana, la actual marea caritativa de lacitos y ONGs resulta sumamente esclarecedor y demuestra la vigencia de sus intuiciones); profunda fe en las élites creadoras (artísticas, filosóficas, científicas, económicas) no como coartada oligárquica sino como dinamismo social que evita la entropía y la decadencia (aquí puede buscarse un fecundo nexo con Pareto); materialismo quasi panteísta que la llevó a oponerse tanto al subjetivismo racionalista dieciochesco como a las místicas religiosas (que consideraba escapistas con una rotundidad sólo igualada por quienes creía «sus peores enemigos» -los marxistas de la época-) y a una actitud que, bajo una dialéctica «científica», albergaba un espíritu bastante pagano (heredado, probablemente, de su apego adolescente por los simbolistas de la Edad de Plata rusa -recordemos, por ejemplo, a los marxistas nietzscheanos «constructores de Dios», con quienes Rand tiene en sus posicionamientos no poco en común-); o lucha constante contra toda clase de dualismos (filosóficos, religiosos, científicos, sexuales, artísticos ... ).

Leer esta obra, respetuoso y exhaustivo paseo por el pensamiento de Ayn Rand, resulta una experiencia estimulante. Hay mucho en sus páginas para aprovechar (con una intención, desde luego, heterodoxa, desmitologizadora, irrespetuosa y subversiva -que, seguramente, irritarla muchísimo a la biografiada, tremendamente refractaria a toda hermeneútica sobre sus planteamientos y muy amiga de excomulgar a quienes se apartaban un ápice de sus dogmas-). Aunque, en cierto modo, ¿qué mayor subversión anticapitalista (tal cual está estructurado el capitalismo hoy día) que la propia utopía randíana de plantear un capitalismo entendido como «revolución», como «ideal desconocido» según valores diametralmente opuestos a los que actualmente nos decreta el Gran Hermano Mundialista y sus lacayos?














Si deseáis disfrutar de otras reseñas, muy fácil: pulsad aquí

miércoles, 17 de noviembre de 2010

lunes, 15 de noviembre de 2010

BLA, BLA, BLUFF















-Venga, hombre, vamos.
- Claro, detrás de ti.


http://www.absolut-lab.com/es/evento/28/Graffimero_Arte_y_Cultura_para_una_sociedad_efmera

JUEVES DÍA 18 DE NOVIEMBRE
PZA. DE SANTA ANA, 7.
EN ABSOLUTE-LAB


ROYO-VILLANOVA en acción.

domingo, 7 de noviembre de 2010

HACIA ADELANTE
















Primero no comparto el uso de este blog para manifestar opiniones políticas. En todo caso, para ello tenemos la tertulia radiofónica.

Segundo, no me parece adecuado llamar borregos a quienes simplemente han sido engañados por el enésimo mesías-social. Así, no se educa, no se hace reflexionar, no se abren vías de pensamiento, ni se genera crítica real.

Tercero, la solución está en mirar a través de los dos ojos; no únicamente el derecho o únicamente el izquierdo. Y, en tal sentido, "demócratas" y "republicanos" deberán, o deberían, entenderse (entrecomillo por las derivaciones que esos terminos tienen en el resto del planeta y, por supuesto, en nuestra amada orilla de Europa, ESPAÑA.) Que aquel Obama del YES WE CAN es una sobredimensión inexistente, lo afirmé desde el minuto uno (del min.0 al segundo 59, pedí simplemente mesura a todos los entusiasmados.) Llamar borregos a quienes se pretende abrir los ojos -porque supongo que es eso lo que se pretende-, me parece una falta de miras tan grande como la de aquellos que se dejaron llevar por el marketing electoral demócrata.

Penúltimo, hacer leña cuando el árbol se cae, nunca me ha motivado lo más mínimo. Me daría vergüenza.Y termino insistiendo en que Piel de Lobo es una Alianza de Creación (música, poesía, literatura, pintura, etcétera); que continua trabajando/sembrando en levantar una estructura destinada a la promoción de nuevos valores de estos ámbitos. La política, y aún más la política partidista (en contra de la cual se manifiesta Piel de Lobo en su ideario), debe cinrcunscribirse al humilde espacio de libertad que para ello se ha implementado gracias a la colaboración de Radio Santoña.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Don Aquilino, una vez más, sembrao.

Es más, la naturaleza en general se basa en tres principios - jerarquía, territorialidad y parentesco- que son los antónimos de libertad, igualdad y fraternidad, y tampoco concuerdan demasiado con estas tres gracias los principios en que, según Dumézil, se asientan las sociedades indoeuropeas en particular, a saber: fuerza, fecundidad y soberanía. La libertad es un medio, no un fin; los derechos han de equilibrarse con los deberes; y no cabe mayor insensatez que la “neutralidad ética” de la sociedad secularizada o permisiva, cuyo lema podría ser el del personaje aquel de Dostoyevski, que por cierto no era ni protestante ni católico: “Si no hay Dios, todo está permitido.”

 
http://vinamarina.blogspot.com/2010/11/mi-cruzada-antiliberal.html
 
 

martes, 2 de noviembre de 2010

LA RULETA CHINA









Piel de Lobo RECOMIENDA la presentación de
LA RULETA CHINA
con Fernando Márquez El Zurdo, Charlie Mysterio, Clara Guitar y Ángel Ramos.

6 NOVIEMBRE 22H
SIROCO
C/SAN DIMAS, 3.

Pop Delikatessen, música dandi con pistola y cuchillo.
Post-Tiempos o After-Darkness.



SOBRE LA RULETA CHINA:
http://jenesaispop.com/2010/11/01/el-zurdo-y-charlie-mysterio-en-la-ruleta-china/



PARA SITUAR MUSICALMENTE A FERNANDO MÁRQUEZ, REFERENCIA:
http://www.youtube.com/watch?v=QBStw9fWYSU