lunes, 1 de junio de 2020

EL CRACK CERO ES...


...una historia, unos diálogos (que siempre asocio y asociaré con Rafael Gª Serrano), unos personajes (más grandes que la vida y, por tanto, capaces de cargar con sus intérpretes -siempre que éstos no lo hagan rematadamente mal-) y una música. Y sobre esos pilares tratamos de olvidarnos de las orfandades (huérfanos de la mirada taladradora de Landa para conformarnos con la estolidez "abascaliana" de Carlos Santos, huérfanos del inmenso Bódalo, huérfanos de Rellán pero valorando el meritorio esfuerzo de quien intenta calcarlo en esta nueva entrega), y sorbemos gozosamente las fugaces apariciones de Luis Varela, y disfrutamos ese comienzo en los aseos a modo de homenaje a Jesús Neira, y sonreimos con la cabezona Cayetana haciendo de madame y obligándonos a la comparación con Mayrata O'Wissiedo (a quien, por supuesto, no supera pero tiene gracia verla de "Mesalina" si pensamos en las vueltas que da la vida y el espectáculo -y no digo más...-), y aceptamos que Andoni Ferreño recoge bien el canallesco testigo de Manuel Tejada, y que la secretaria Moli hace de puente con los 80 (uno la ve perfectamente encajada en las primeras entregas y se olvida en su presencia de orfandades), y en cuanto al rockero Johnny Olas (ignoro en quién está basado) pero bien muerto queda cuando uno piensa en varios hideputas (de diversas generaciones) que vio en el Colegio de Médicos en aquella asamblea de la SGAE para plantear la sucesión al depuesto Teddy Bautista. En fin, sin llegar a los dos anteriores CRACKS (porque era imposible por imperativo de orfandad), la cosa tampoco ha sido tan cutre como me la habían pintado. Tal vez leída como guión novelado, colocando el reparto que nos parezca, ganaría pero, bueno, insisto, pensando en lo que hoy es el cine eXXXpaNYol (y ya no digamos las series infames de las privadas), no está tan mal.