A veces me despierto de madrugada y sueño con:
ser objeto transicional que abraza a perpetuidad una bella durmiente;
ágapes conversatorios (de postre el horizonte) con una puta de Mensa;
calcular constelaciones de pecas bronceadas por una luna hiena (la luna que alumbra a las mujeres maravillosas);
batracicoros de regüeldos junto a una gusarapa quasi albina bajo una abandonada bóveda de ecos infinitos;
besos tan jugosos que las bocas se hagan rebosantes cupideras;
morir muy poquito a poco (en dulce desmenuzamiento de aporía).
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