martes, 30 de abril de 2019

UNA ENTREVISTA DE PESADILLA (sueño chungo el de esta noche)


Un estudio de ballet transformado en loft/oficina. Amplios ventanales que dan, por una parte, a una plaza muy parecida a Latina y, por otra, a un río caudaloso, más cercano al Duero o al Tajo que al Manzanares. Se me ha citado para un reportaje audiovisual donde, aparte de responder a preguntas sobre mi trayectoria, debo acompañar en directo con mi voz, a guisa de karaoke, canciones tanto de mi repertorio como mis favoritas de otra gente. Llego de punta en blanco, con un pañuelo al cuello negro pero constelado de estrellas y un sombrero ancho con un punto de pamela que asocio con Bowie. Me reciben con mucha cordialidad y me hago la idea de que se interesan por mí como pudieron hacerlo en otras ocasiones (tampoco muchas: pienso en Esther, Celia o el sr Pinzolas) y de que la experiencia puede ser empática y estimulante y "comienzo de una gran amistad". Respondo a preguntas que no están mal, canto algunas cosas e incluso doy unos pasos de baile llevado por una clon de la López en ¿BAILAMOS? Todo filmado por cuatro cámaras. 

La cosa se tuerce al rato cuando me dicen que se ha perdido el material y que habrá que repetirlo todo. No me especifican cuándo aunque yo malentiendo que será en breve y me quedo ahí, a la espera. Una señora fondona con cara y voz de Emma Penella me pide el pañuelo para lavarlo "porque se habrá ensuciado con el sudor". Me siento en un cómodo sofá y echo una cabezadita. Cuando despierto, sin saber cuánto tiempo ha pasado, me encuentro algunas caras de las que vi antes y otras nuevas, pero con una actitud diferente, entre el desapego y ¿la ironía? Todos me ignoran y me da corte preguntar cuándo se va a reanudar el trabajo conmigo. Veo a la sosias de Emma Penella y le pregunto por mi pañuelo. Me responde, con sobreactuado pitorreo, que, al colgarlo en el ventanal para secarlo, se ha caído al río ("QUE LASTIMA, UY, CON LO BONITO QUE ERA"), y, acto seguido, me da la espalda.

Nadie me hace ni puto caso y mi desconcierto va in crescendo transformándose en paranoia (en la peor de todas, la que está fundamentada). Me viene al recuerdo THE GAME, esa película que tanto detesto: ¿es una movida/trampa de ese tipo?. Comienzo a deambular por el loft y a examinar con más atención los estantes, los affiches, etc y descubro que todo remite a la tonterida podemita, a La Sexta, a elementos de esa cuerda (hay una especie de ¿altar? con una efigie en bronce de Willy Toledo y pilas de cds de Nacho Vegas así como un Otegi vestido de papá noel sosteniendo en el regazo a Idoia Mendia en plan niña que pide regalos). ¿Esto es algún perverso GH que sacará luego Wyoming en EL INTERMEDIO para "hacer unas risas"? (de pronto, me acuerdo de aquel telefonazo que me hicieron los de LO QUE YO TE DIGA pocos días después de mi presencia en el spot de Falange del 86 y mi sensación de rotura que me llevaría, años después, a empatizar con Aznar o Aguirre cuando los veía como "objetivo" de chanza en CQC o los guiñoles de CANAL +).

Me vuelvo a sentar en un rincón. Aparace la que me entrevistó al principio pero con una cara muy distinta, como de profundo desprecio, y me espeta la pregunta/escupitajo "¿PERO TODAVIA SIGUES AHI?". Me da una crisis de angustia que me impide tanto responder como respirar y, a la megavelocidad del pensamiento, en tanto paso del sueño a la duermevela, reflexiono sobre si esto es un INOCENTE, INOCENTE como estaba empezando a sospechar o, simplemente, una entrevista real, sí, pero como las que me han hecho en el último lustro (¡qué lejos, insisto, quedan los gratos momentos audiovisuales con Esther, Celia o el sr Pinzolas!) tanta gente ajena que, bien por mi rol "obligado" de cronicón de tal o cual asunto musical, bien por llenar un hueco a falta de otro entrevistado más de su gusto o bien por mi fama de intempestivo para sacarme alguna declaración "jugosa" con que hacer más ameno el reportaje, me emplazan desde la más completa distancia a mis valores y a mi mundo. Y, siempre, ¿curiosamente?, orbitando en torno a la constante zetapodemita...

Vaya. Si Gramsci levantase la cabeza y viese cómo se ha degradado su mensaje... 

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