El viajero entró en la taberna. Dentro, gente demasiado indiferente para pedirle que se apresurase en cerrar la puerta para protegerlos de la ventisca dio a cambio un trago a su ponche. Parecía de bote, pues durante décadas no habría sido posible apreciar un mínimo cambio de gusto en el brebaje. Esta homegeneidad a lo largo o a pesar de nieves y semanas se debía al perfeccionismo, que algún transalpino había calificado de inmovilismo, que señoreaba en las cocinas de la posada.
El recién llegado colgó el abrigo en una percha, pero como nadie se dignó mirarlo, él tampoco se molestó en frotarse las manos de uñas recién cortadas.
10 comentarios:
Muy bonita parábola.
Thank you. No sé si llega a parábola, pero pretendo hacer una serie.
Qué repugnante. Acaban de poner publicidad en goear. Se puede bajar el volumen durante veinte segundos, cuando se pinche en play, y luego, después de la cuña, ya empieza la música.
Qué grato! encontrar a Especies entre los fuegos de esta troupe rara y loca...
A ver si ahora, y una vez colgueis la crónica del evento, conseguimos que el resto de miembros aún vírgenes de entrada (tu hermana y Charlie) debuten dabuten.
En el caso de Bárbara, no sólo hay texto (con algo, por cierto, muy Tiffauges de auténtico gusto por lo más selecto de otrora en textos e imágenes -a ver si MT reaparece también y se une a la horda: creo que va a sentir una especial afinidad con Bárbara y su estilo bloggero-) sino música que acompañe y dé fuste a nuestros aullidos.
Gracias, Limbo Piedra.
Sí, quiero poner música siempre. A ver si no nos obligan a oír publicidad.
Eh, ya que se trata de una taberna y su brebaje: ¡aparcerán por aquí mis amigos de "El enamorado de la Osa Mayor"! Cuidado con ellos. ¡Nos asustéis y escuchádles con más atención!
No conocía el libro, pero ahora he visto una reseña, parece cortado a tu medida!
¡Por Dios, a mi medida! ¡No lo sabe usted bien!
LEA LA INTRODUCCIÓN QUE EL MISMO AUTOR HACE A SU NOVELA:
"Me gustaban mis compañeros porque nunca me habían defraudado. Eran gente sencilla, sin formación. Pero, a ratos, me dejaba boquiabierto lo extraordinarios que podían llegar a ser. Y en aquellos momentos, le daba gracias a la Naturaleza por haberme hecho un ser humano(...)A menudo, el placer de vivir me dejaba sin aliento. De vez en cuando, los ojos se me empañaban sin venir a cuento. De vez en cuando, alguien soltaba una imprecación soez y, al mismo tiempo, me obsequiaba una sonrisa infantil y me tendía una mano callosa y fiel.
Se pronunciaban pocas palabras. Pero eran palabras de verdad, que yo podía entender fácilmente, a sabiendas de que no eran juramentos ni palabras de honor y, por tanto, podían darse por seguras(...)Y por encima de todo aquello, por encima de nosotros, de la tierra y de las nubes, en la zona norte del cielo, corría el extraño Carro..., reinaba la magnífica, la única, la embrujada Osa Mayor.
De ella, de nosotros los contrabandistas y de la frontera, habla esta novela, que ha nacido entre el dolor y la añoranza de la belleza que se esconde en la Verdad, en la Naturaleza y en el Hombre."
1946
Sergiusz Piasecki
Desde la cárcel a dónde lo llevaron sus correrías por la frontera-.
Quizá usted recuerde, Especies, a todos esos indeseables que entraron como jabalíes en su blog no hace demasiado tiempo. Venían todos de tabernas aún más al Este que la de Lupert Ulvenhud, habían escuchado el silbido de las balas sobre sus orejas y visto caer en la noche oscura y azul a sus camaradas cargando fardos de tabaco y alcohol, habían matado y se habían emborrachado y follado juntos a las mismas mujeres; y decidieron por aquella vez, sin que sirva de precedente -desde luego- jugar de su parte una incierta partida de dados con alma en juego.
Algo recuerdo, sí.
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