viernes, 16 de marzo de 2018

LA ALICIA DE RAMON



Me la recomendó Mme Byblos. Una versión checa de fines de los 80 del clásico carrolliano. Grimosa (como los cuentos para niños sin afeitar -tanto los niños como los cuentos: antimateria de Disney y de Pixar y de su público aunque seguro que ese Chico Ostra tan poco dado a la gillette la tiene en su botiquín de fetiches y quienes concibieron en CSI LAS VEGAS uno de sus mejores personajes oscuros, la letal muñequita de biscuit creadora de maquetas, también debieron de tener en mente esta cinta-) y fascinante, como rodada por un incongruente gregueríparo (por aquello de la magia -¿negra?- de las cosas rotas o a medio romper). En mi bajada desde hace unos días al sótano audiovisual de mi disco duro hoy se me ha ocurrido visionarla.