miércoles, 21 de octubre de 2009

CUANDO TODO SE ACABE, Y NADIE NOS RECUERDE

Fernando Márquez El Zurdo y Charlie Mysterio en La Piscifactoria, el 20 de octubre de 2009.

Prólogo de Limbo Piedra:
He sentido varias veces que podía morir tranquilo.
Y todo es un cruce de caminos.
Una de ellas fue escribiendo.
Una de ellas mientras miraba.
Una de ellas...
Los Hijos de la Noche eran pocos.
Cada vez menos.
Nadie daba un duro por ellos y sin embargo siguieron cantando.
Cuando todo eran ruinas.
Yo no sé que más pedir.
He sido satisfecho; y qué.
Quizá me vaya a causa del pulmón antes de todo.
Mientras, continuaré inmerso en esta troupe donde van los que muerden.
Con sus hijas en brazos.
Sin nadie a quien rendir o pedirle las cuentas.
Custodiado siempre por todos los peores.
Tranquilo como un niño confiado en sus trece.






Hubo también en La Piscifactoria, el 20 de octubre de 2009, saludos a Ulrike Meinhoff, y a Carlos Berlanga...



5 comentarios:

el zurdo dijo...

Se nota que estaba cómodo. Mi enemigo es la tensión. Cuando estoy cool, pues estoy cool (en el múltiple sentido de la palabreja).

especies dijo...

Qué buenos.

el zurdo dijo...

Revisando el clip sobre UM al que diriges, acabo de descubrir con cierta grima el parecido en cuanto a rasgos faciales de Ulrike con Leire Pajin.

Este tipo de señales anticrísticas, de algo que se parece epidérmicamente a otra cosa de la que, en el fondo, es su opuesto, es muy propio del tiempo en que vivimos y daría para jugosas reflexiones en un diario jüngeriano: Ulrike Meinhoff y su tiempo cataclísmicamente empapado de Historia es la antimateria de Leire Pajín y su antiutópico momento de ¿gloria? Ya lo dije aquí y me reafirmo: mi reino no es de este tiempo, soy irreductiblemente anacrónico en relación con lo que se ha ido considerando sistema de valores en estos últimos veinticinco años y totalmente refractario a la antiutopía. De ahí que, pese a haberme desarrollado cronológicamente con ella, no me haya adaptado jamás a la postmodernidad.

Y, como siempre digo, hay cosas mucho peores que el terrorismo, como, sin ir más lejos, el SIDA político/social que acaba con la voluntad de autodefensa de toda una población y permite que ineptos y mediocres surgidos del pozo más hondo de lo irrelevante la tiranicen desde el chantaje moral y la añagaza picaresca.

Bienaventurada Ulrike Meinhoff, cuyo nombre es sinónimo de peligro. Maldita sea Leire Pajín, cuyo nombre es sinónimo de la degeneración más absoluta.

Limbo Piedra dijo...

Queda inaugurada la PASMODERNIDAD.
Ya queda poco para que suba el telón, y se abalancen los lobos.

¿Quienes querrán entonces hacerles carantoñas?

¿Quienes mirarles a los ojos?

Gaucho Divino dijo...

El estadista Kent Zurdman, maestro upper turista, en pleno trance orgónico invocando el espíritu Baader. Y al divino Carlos Berlanga como un Joseph Beuys en medio de la entropía Fluxus. Pureza.