En esta Civilización, de poco sirve el trabajo bien hecho, el mérito logrado y el talento que atesoras, lo que cuenta es hacer la pelota. Preferiré siempre a un navajero chusco que a una de esas almas viles que sonríen después de haber lamido un culo. Cuando el amor, la bondad, las caritas de santos y apostólicos, la educación perfecta y los modales correctos te han robado, pisoteado, ignorado, burlado, compadecido, juzgado, apartado de todos y cada uno de tus futuros en nombre de su propio y avaro beneficio económico, la vanidad y el desprecio, y a esos mismos les escuchas llenarse la boca de Dios, la Iglesia y hasta de los Grandes y Sagrados Jefes Sioux, ¿querrán luego que los dragones les defiendan?
Cada afrenta, cada ofensa, cada mentira, cada traición no hicieron si no endurecernos el costillar, la espalda y los muslos. Ahora, somos Cuerpos Especiales de un Ejército Leal con un sólo propósito. Y ése, no os lo digo.
Abrid paso, y callad.
2 comentarios:
Sabía usted que tampoco la voz sioux designa a los indios a los que usted se refiere y parece conocer tan bien...
Muy postmoderno le veo, a pesar de su retórica estruendosa... O quizá por eso mismo...
¿Es el mundo algo más que un escenario de sombras evanescentes con las que impactar al lego?... Le reconozco que así se liga.
Es usted muy joven y se le disculpa, pero vaya en ciertos temas con más prudencia, generosidad, tino y atención... Pongase a meditar... o a rezar... o a beber... pero no de cualquier manera.
Usted tiene la pelota en el tejado. Creo que ya lo sabe.
Es más el mundo que un escenario de sombras evanescentes.
Siempre es poco el cuidado que se tenga; gracias por su advertencia y preocuparse tanto por mí.
Publicar un comentario