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A continuación, una referencia a ella aparecida en el Nº11 de VANITAS (verano, 2009):
Paloma Pájaro es pintora. Combina en su estilo tradición con modernidad, y eso es lo raro y lo interesante. Según a quién, le irán más unos cuadros que otros. Pero si unos están cargados de refinamiento, cierto aire entre nostálgico y soñador, figuras calladas que se debaten entre la tristeza, el candor y lo bello, los más realistas son armas de protesta contra el silencio, estandartes de rabia o derrota, instantáneas de aquello oculto que nos afecta reveladas del modo más real y descarnado: retratos de lo incómodo que sólo en pulcra intimidad reconocemos. Dos estilos, los dos ventrículos del corazón de Paloma Pájaro o la senda bifurcada de esta artista ubicua a la que Juan José Armas Marcelo imaginó bailarina de un país remoto en su artículo Scotch en Wadi Rum (ABCD LAS LETRAS, 3 mayo 2009), inspirado a ello por la locura de un poeta que tuvo a bien presentársela durante un paseo por Amman, Jordania.
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